1. Ecosistema marino
Se trata del
mayor tipo de ecosistema, ya que cubre la mayor parte de la superficie
terrestre: el 70%, aproximadamente. A pesar de que grandes extensiones de los
diferentes océanos tienen poca concentración de vertebrados, el agua rica en
minerales que contiene bulle de vida por prácticamente todos lados.
Destacan los
pastos marinos de algas, los arrecifes de coral y las fumarolas de las grandes
profundidades marinas.
2. Ecosistema de agua dulce
Los lagos y
los ríos también se basan en el agua, pero son ecosistemas muy distintos a los
de los mares y océanos.
A su vez, hay
diferentes subtipos de ecosistemas de agua dulce: los sistemas lénticos, los
lóticos y los humedales. Los primeros están compuestos por lagos y estanques, y
en ellos el agua se mueve muy lentamente. Los segundos, en cambio, están
formados por ríos, en los que el agua se desliza con rapidez a causa de la
gravedad y el relieve del paisaje. En los humedales, los elementos del ecosistema
están saturados de agua.
En esta clase
de ecosistema predominan tipos de vertebrados de tamaño medio o pequeño, dado
que no hay mucho espacio en el que desarrollarse. Algunos de los animales más
grandes que podemos encontrar son peces de la talla del siluro o del esturión,
ciertos tiburones que remontan ríos (como el tiburón toro), rayas y una especie
de foca que habita en los lagos de Finlandia.
3. Ecosistema desértico
Los desiertos
se caracterizan por la bajísima frecuencia con la que hay precipitaciones. Ni
la fauna ni la flora es muy variada, ya que pocas formas de vida grandes pueden
subsistir en condiciones tan duras, y por eso alteraciones en una especie
produce efectos en cadena muy severos.
Los cactus y
ciertos arbustos de hoja fina son plantas típicas de los desiertos, mientras
que los reptiles, algunas aves y mamíferos de talla mediana o pequeña también
pueden llegar a adaptarse bien al clima.
4. Ecosistema montañoso
Los relieves
muy pronunciados forman montañas y altiplanos cuya verticalidad forma otra
clase de ecosistema a causa de las condiciones climáticas y atmosféricas
características de estas áreas. En estas zonas la vida animal suele ser muy
notoria en zonas bajas y medias, aunque no en los picos escarpados.
Animales como
los rebecos, los íbices y ciertos tipos de lobo, así como las aves rapaces como
los buitres y las águilas, suelen ser frecuentes en este hábitat. Por otro
lado, en zonas nevadas la biodiversidad se reduce, y las formas de vida deben
procurar camuflarse.
5. Ecosistema forestal
Este tipo de
ecosistema se caracteriza por la densidad de árboles o de flora en general.
Puede dividirse en selva, bosque seco, bosque templado y taiga. En los casos en
los que hay muchos árboles juntos, la diversidad de especies animales suele ser
muy alta.
Hay que tener
en cuenta, sin embargo, que la altura juega un papel importante en la presencia
de flora. En muchos lugares. Por encima de los 2500 metros sobre el nivel del
mar no crecen árboles.
Los bosques
son extensiones arboladas en las que prima la presencia de unas pocas especies
de árbol.
6. Ecosistema artificial
El ecosistema
artificial es aquél en el que la acción del ser humano ha creado espacios
radicalmente distintos a los que existían hasta hace unos pocos milenios.
La presencia
de edificios, rascacielos y grandes extensiones cubiertas por luces, cemento y
pavimento hace que algunas especies se adapten a estos entornos y otras no.
Algunos ejemplos claros de estos animales pioneros son las palomas y las
cotorras argentinas de muchas grandes ciudades del mundo, así como los gatos.
Estos animales se benefician de la abundancia de comida y de la relativa
ausencia de depredadores que se deriva de la presencia de humanos en las
proximidades.
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